sábado, 1 de agosto de 2020

La próxima Catástrofe, la enigmática portada de The Economist


La prestigiosa revista The Economist, con sede en Londres y propiedad en parte de la familia Rostchild, vinculada en forma oficial al mundo financiero como una de las familias mas poderosas, influyentes e inmorales del mundo, y en el ámbito de las teorías de la conspiración como una de las familias illuminatti satánicas mas poderosas, en su portada del mes de junio del 2020 muestra unas inquietantes imágenes bajo el titulo:

"La próxima catástrofe"
(Como sobrevivir a ella)

Es curioso un titulo así cuando The Economist esta dirigido a un publico de clase alta, principalmente en el ámbito financiero, por lo que los títulos amarillistas no son del estilo del consejo editorial de la revista.

En si el articulo trata de la crisis sanitaria, la nueva normalidad, la crisis financiera derivada de esta y las estrategias a seguir en el ámbito económico, así como los retos futuros.

Pero si ponemos cuidado a las imágenes que componen la portada, resulta bastante inquietante el mensaje oculto, muy común y discutido en el que se comunican las clases dominantes...

Describiremos a continuación la escena:

El Reloj:

El primer objeto que se encuentra en el centro de la imagen es un reloj de pared, que marca dos minutos antes de las 12. De hecho marca las 11:58:20. Este entonces es el Reloj del Apocalipsis, que desde 1947, mantiene la junta directiva del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago como un marcador de riesgo simbólico de un conflicto o catástrofe nuclear, donde el reloj marcaría las 12:00 en el momento del inicio de una catástrofe mundial nuclear; y precisamente la ultima vez que lo modificaron fue en enero de 2020 cuando lo colocaron precisamente a 100 segundos de la media noche (11:58:20)
Esto entonces simboliza que estamos a punto de un conflicto armado a gran escala entre potencias nucleares, muy probablemente EEUU y Europa contra China o Rusia.

Los cuadros.

Si nos desplazamos de izquierda a derecha, veremos una seria de 7 cuadros, separados en dos grupos, el de la izquierda con cuatro cuadros y el de la derecha con 3 cuadros.

El Cerdo.

El primer cuadro tiene la imagen de un cerdo, lo que podría interpretarse como la siguiente pandemia que nos golpearía aun sin salir de la del coronavirus.

O bien, podría significar una epidemia mortal entre estos animales, lo que llevaría a la matanza masiva de ellos, y el colapso del mercado de consumo de cerdo, que implica hasta un 40% de la fuente alimentaria en muchos países, produciendo una hambruna sin precedentes, o bien una nueva epidemia en humanos que tendría como origen animal al cerdo.

Cualquiera de las dos posibilidades ya es real puesto que en China, en medio de la pandemia del COVID-19 ya se dio la alerta de una variante de la Influenza A H1N1 muy agresiva encontrada en cerdos y que puede transmitirse a humanos; esta se conoce como G4 EA H1N1 y que ya ha logrado contagiar a los trabajadores de las granjas porcinas aunque por el momento han resultado asintomáticos.

De ser así y con el actual secretismo chino, bien podríamos enfrentar esta epidemia en el año 2021.

Los volcanes.

El segundo cuadro representa a un volcán en fase de actividad, lo que indica un aumento repentino y masivo de la actividad volcánica a nivel mundial. esto ya se viene reportando desde el año 2018, con una creciente actividad principalmente en el Cinturón de Fuego del Pacífico.

El pingüino.

El tercer cuadro, representa a un pingüino bajo un sol radiante sobre un pequeño trozo de hielo. Esto no solo habla del ya mas que manipulado pretexto del cambio climático, sino que como consecuencia de la actividad volcánica masiva podría darse un derretimiento del hielo de los círculos polares, produciendo grandes inundaciones por elevación del nivel de los mares. O quizás, desde un punto de vista mas simbólico podría significar el enfriamiento de la tierra por las cenizas volcánicas liberadas, al punto que se forme hielo en los mares antes tropicales. Cualquiera de las dos posibilidades implica graves daños y miles de muertos en las áreas costeras.

El asteroide.

El cuarto cuadro del primer grupo, representa un asteroide en rumbo de colisión hacia la tierra. Dentro de la lista de asteroides potencialmente peligrosos para la tierra se encuentra el 2009 FJ1 que podría impactar la tierra en el mes de mayo del 2022. Aunque no es un asteroide masivo, su impacto que se podría calcular con el de una bomba nuclear pequeña (500 Quilotones), dependiendo del área podría causar grandes daños y miles de muertos. 

Luego de este hay un espacio en el que se pueden observar tres patos, dos en vuelo y sin sombra y uno cayendo con el pico abierto y proyectando una sombra. Dejaremos para el final el posible significado de esta imagen ya que es la mas difícil de descifrar y la mas abierta a especulaciones.

El segundo grupo de cuadros lo conforman tres, y el primero es una imagen de microorganismos muy probablemente patógenos, de hecho el cuadro toca la cabeza del hombre sentado en el sillón y que tiene una mascara puesta.

Las Epidemias

En este cuadro, se ven diferentes microorganismos, entre los cuales podría verse en menor tamaño al coronavirus, luego en mayor tamaño tres o cuatro posibles pandemias que ya están presentes y emergiendo:

Sarampión: un brote de Sarampión ha dejado mas de 6 000 muertos en la República Democrática del Congo en su mayoría niños y mas de 310 000 infectados desde inicios del año 2019.

Ebola: También en la República Democrática del Congo un brote de ebola contra el cual luchan las autoridades de salud desde agosto del 2018 ha dejado mas de 2 300 muertos y continua activo y amenazando con extenderse como el brote del año 2014 en el que se presentaron casos incluso en Europa y Estados Unidos.

Peste negra: causada por la bacteria Yersinia pestis, la peste negra que causo la muerte de la mitad de la poblacion europea en la edad media, actualmente se encuentra activa en Mongolia; de hecho y en medio de la pandemia de coronavirus, la noticia no ha tenido suficiente eco en los medios, pero amplias zonas de Mongolia y de la provincia china de Mongolia interior se encuentran bajo cuarentena por casos de peste negra.

Influenza: se podría distinguir en el cuadro un grupo de microorganismos muy pequeños, que corresponderían a algún tipo de virus Influenza, como el ya mencionado G4 EA H1N1, lo que indicaría que luego de causar una mortandad entre lo cerdos y los desesperados intentos de contenerla, sacrificando la mayoría de estos animales, la epidemia podría llegar a extenderse entre los humanos.

 El hongo nuclear.

Esta imagen habla por si misma. Representa un conflicto final entre potencias con el uso de armas de destrucción masiva y todas sus nefastas consecuencias.

La llamarada solar.

El último cuadro representa una llamarada solar. Este fenómeno se prevee que de impactar a la tierra con su radiación, destruiría toda la infraestructura eléctrica y la gran mayoría de aparatos electrónicos, devolviendo la tecnología moderna al nivel de la edad media.  Se ha calculado que los daños de una llamarada solar si bien no serian mortales para los humanos, si dejarían por meses o años inservibles todos los sistemas eléctricos de cualquier país y que reemplazarlos desde cero tendría un costo económico exorbitante. Casualmente justo bajo el cuadro de la llamarada solar, se puede ver un toma corriente eléctrico.

Los Tres Patos.

Esta es la imagen mas enigmática de todo el conjunto ya que se presta para múltiples interpretaciones, algunos dicen que la imagen representa el daño severo y la extinción masiva de especies que todos estos eventos producirían en conjunto.

Otros, quizás mas maquiavelicos, citan lo que en las conspiraciones ha sido una verdad desde hace décadas: la eliminación de un tercio de la población. entonces el pato en caída con el pico abierto, representaría a un tercio de la población del mundo muriendo a consecuencia de estas catástrofes, sin la menor ayuda de los mas poderosos ni lo que estén mejor preparados, simplemente se les dejará morir


La familia en el sofá.

La escena de la portada la culmina una familia sentada en un sofá.

Están retratados un hombre, una mujer, su hijo y su mascota.

Los dos adultos llevan mascaras anti gas de tipo militar, lo que indica que las medidas de protección que deberían tomarse para lo que viene serían extremas. Sin embargo, la actitud de ambos es relajada. el Hombre sentado con las piernas abiertas y completamente reposado en el sofá, y abrazando a la mujer. Esta se encuentra con las piernas cruzadas, y mira directamente al hombre y también lo abraza.

Quizás la imagen mas perturbadora de esta escena la representa el niño, lleva un caso militar, pero no porta mascara anti gas. aunque la mujer lo abraza, esta mas distante de el que del hombre y de hecho pareciera ignorarlo.

El niño se encuentra sentado en una posición de clara ansiedad, apoyándose con ambas manos sobre el sofá, la expresión del niño es de miedo y preocupación. El casco representaría una forma de protección que dadas las circunstancias no resultaría útil o bien que los niños de los próximos años verán el horror de la guerra y la destrucción de la sociedad.

Esta cruel imagen podría representar dos situaciones, la primera es el desinterés creciente en muchas sociedades por la crianza de hijos y su cuidado. En la mayoría de occidente se ve a los hijos como un estorbo en el desarrollo laboral, intelectual y emocional de la pareja, como una carga mas que una bendición familiar.

Otro posible y aun mas cruel significado es que una de las epidemias, probablemente la de sarampión seria catastrófica entre la población infantil, por eso el niño no lleva mascara y esta angustiado, porque seria imposible librarse de esa epidemia, y la actitud indiferente de los padres representaría el hecho que el niño no tiene salvación.

Incluso porque por el siguiente dato, la imagen de la muerte masiva de niños se enfatiza: la mascota, un gato, si lleva puesta mascara anti gas. Esto indica que los animales serian inmunes a estas enfermedades, o que en esta sociedad posmoderna, luciferina y anti-familia, muchos adultos prefieren tener mascotas que hijos.

El gato con mascarilla podría también indicar que una de las epidemias en efecto sería la peste negra, ya que esta en la Edad Media fue portada y transmitida por roedores como las ratas y dado el clásico vinculo entre el gato y el ratón, la imagen indicaría que una de las pestes vendría de los roedores.

El detalle de todo este montaje es que basándose en el primer elemento que es el Reloj del Apocalipsis y con la acelerada desintegración social y económica actuales, todos estos eventos deberían transcurrir en un plazo no mayor a 5 años.

Conclusión.

No es nuestro animo el causar alarma, el ser amarillistas ni sonar a profetas del apocalipsis. sin embargo, que esta imagen sea la portada de una de las revistas mas prestigiosas para la clase poderosa y que sea propiedad de la familia Rostchild, le da mucho peso.

Que las imágenes fueran dibujadas sin pensar y solo para ilustrar los temores colectivos sobre un fin del mundo lleno de catástrofes naturales, enfermedades y guerra nuclear, no es lógico para una publicación dirigida a un publico culto, racional y en su gran mayoría escéptico.

Que puede ser un mensaje en clave de lo que esta por venir podría ser, ya que fuera de las conspiraciones, es un hecho consumado que las elites, los gobiernos y los que dominan la banca mundial, siempre han manejado información que ocultan a la población, sea para perpetuarse en el poder o para sacar provecho, y que de forma retorcida y morbosa, de vez en cuando publican pero en forma criptica y simbólica para que muy pocos logren entender, eso también esta mas que demostrado.

viernes, 27 de marzo de 2020

EL DEBER MEDICO ANTE LA PANDEMIA: IMPRUDENCIA O CUMPLIMIENTO?

Con la actual pandemia del SARS COV-2, ha vuelto a la palestra el debate sobre cuan ético es que un medico se niegue a exponerse a la atención de personas enfermas sino tiene las medidas adecuadas para su protección.  

No planeo ni deseo cuestionar ni menospreciar la opinión de otros colegas; no es mi intención hacer polémica ni obligar a los demás a pensar de una forma en especial. 

Se respeta profundamente la decisión de cada colega de actuar como mejor le convenga según sus intereses o sus convicciones en un momento crítico, no solo para la salud publica de un país o de una región, sino para toda la humanidad, por primera vez en 100 años. 

Solo quiero brindar mi opinión como médico, como ser humano, como padre, como hijo y hermano. 

1. Juramento hipocrático y sociedad posmoderna.

Actualmente vivimos en lo  que se conoce como posmodernismo;según el filosofo Pietro de Barcellona el entorno social que vivimos cumple esta característica fundamental:

"La sociedad no es ya una comunidad de metas y fines colectivamente compartidos, sino un agregado de individuos atomizados y narcisísticamente orientados hacia una infinita gratificación de los propios deseos e intereses. 

Un gran imperativo, indica BARCELLONA, parece dominar: "soy porque consumo", "consumo porque todo está ahora al alcance de la mano de mis ilimitados deseos de poseer" (1994:153). Es la época del individualismo económico, del individualismo posesivo, del individualismo masa, del individualismo del consumidor..."

Esta premisa convierte a la sociedad en un grupo de egoistas, luchando unos contra otros por alcanzar beneficios personales, por acaparar riquezas o estatus, bajo el amparo de un sistema estatal destinado solo a sacar provecho de estas luchas internas, pero sin la noción de valores mas altos o nobles. 

El Individual Colectivo: Un ensayo sobre el individualismo en las ...

En este entorno, la solidaridad, el bien comunitario y el altruismo si bien no son erradicados porque aun existen instituciones sólidas que mantienen estos valores y los remanentes de la educación clásica y conservadora, aún calan en muchas personas, si es evidente el choque entre lo que se nos llama a hacer como miembros de la sociedad y este relativismo moral que se ha implantado y calado en todos los niveles.  

En nuestro caso como médicos, nuestra vocación es de servicio y atención. Utilizando el método científico y la evidencia, en eso no hay discusión, pero sirviendo a los demás. Porque al fin y al cabo que es el acto médico, sino la atención del paciente en busca de su bienestar. 

El juramento hipocrático nos recuerda:


Juro por Dios y los hombres, poniéndolos de jueces, que éste mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento.

 Aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mantenimiento y si lo desea participará de mis bienes. 

Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo.

Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.

Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. 


A nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi arte en la inocencia y en la pureza.

A cualquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres.

Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deban ser públicos, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas.

Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro.



2. La ética médica en situaciones de crisis.

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Cito al Dr. Juan Pablo Beca, del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina CAS-UDD de Santiago de Chile, en un artículo del año 2010: 
"cada persona, en su condición de ciudadano y como un ser social interdependiente, se refieren a como cada persona debe enfrentar una epidemia o riesgo de pandemia. 
Las personas necesitan tomar decisiones en relación a su posibilidad de ser contagiante de otros y, consecuentemente, a asumir y a aceptar restricciones en su actividad y desplazamiento, aún si ello implica un detrimento de intereses y proyectos personales. 
Por otra parte, ante la inevitable limitación de recursos de farmacia, laboratorio y atenciones de salud, las personas necesitarán aceptar los criterios que las autoridades determinen en base a prioridades establecidas con criterios de justicia. 
Una pandemia por el Covid-19 podrá acabar con la humanidad? (VÍDEO)
Las actitudes de los ciudadanos dependen de su responsabilidad social, la cual también está condicionada por la información que reciben de las autoridades y de los medios de comunicación social.
Los sistemas de salud deben enfrentar, además del cambio demográfico con el aumento de la edad de la población y  del número de enfermos crónicos, la aparición de enfermedades emergente y las mutaciones de los agentes infecciosos. 
Especial relevancia tienen las medidas que deben asumir las autoridades sanitarias ante epidemias o riesgo de pandemias, maximizando la eficacia de la distribución de recursos de atención ambulatoria, servicios de urgencia, hospitalización, cupos de cuidado intensivo, traslado de enfermos, etc. Para este efecto la autoridad sanitaria necesita reasignar recursos de acuerdo a prioridades establecidas por los especialistas que correspondan. 
Entre las medidas necesarias se incluye la integración y complementación de los servicios públicos con los privados. Son decisiones que pueden llegar a ser muy impopulares cuando se postergan otras prestaciones de salud o de presupuesto, cuando afectan intereses económicos, o cuando obligan a los ciudadanos a modificar sus sistemas de vida con respecto al transporte público, suspensión de clases o de reuniones, o si se hace necesario establecer períodos de cuarentena. 
Pero más complejas y más críticas aún pueden ser si, ante la imposibilidad de responder a todas las necesidades, se hace necesario determinar a qué grupos sociales privilegiar para acceder a los recursos limitados de fármacos antivirales, hospitalización, ventilación mecánica o vacunas específicas: ¿a los de mayor riesgo, a los más vulnerables, a los más jóvenes, a los más productivos, o a quienes trabajan en servicios de salud u otros servicios de utilidad pública?
Si bien los ciudadanos en el ámbito de lo personal, y las autoridades de salud en lo social, enfrentan decisiones que de manera implícita o explícita son decisiones morales, la actitud de los médicos y otros profesionales de la salud adquiere una relevancia especial. 
Atender a enfermos contagiosos constituye un riesgo innegable que se puede atenuar pero no suprimir con las medidas de prevención disponibles. 
Coronavirus: la exitosa estrategia de Corea del Sur para salvar ...
Hace dos décadas muchos profesionales se negaban a atender enfermos portadores de VIH por creer que su deber profesional no llegaba hasta la obligación de asumir el riesgo de contagiarse con una enfermedad de alta mortalidad. 
Similar posición han asumido algunos frente a la epidemia de SARS, en la cual 20% de los afectados fueron profesionales o trabajadores de la salud y por esta causa murieron 3 médicos en Canadá y 9 en Taiwán. 
Ante esta compleja situación, en el 2004 la AMA estableció en su código de ética que “…debido a su compromiso con el cuidado de los enfermos, los médicos tienen individualmente la obligación de proveer cuidado médico urgente en situaciones de desastre. Esta obligación ética se sostiene aún frente a riesgos mayores que lo habitual para su seguridad, su salud o su vida”. 
Coronavirus, la cuarta pandemia del siglo - La Tercera
3. Valores comprometidos
En las respuestas personales, frente a una epidemia o riesgo de pandemia, entran en juego los derechos individuales a la libertad, a la salud y aún el derecho a la vida. 
Sin embargo, los derechos individuales se enfrentan a las necesidades de los demás, de las personas del círculo más inmediato de cada uno, como la familia, colegios, universidades, lugares de trabajo y la comunidad como tal. En otras palabras un conflicto entre el bien individual y el bien común. 
Los valores para una solución equilibrada a este problema incluyen la compasión, la solidaridad como co-responsabilidad con el otro, la postergación personal y la lealtad con quienes existen relaciones más cercanas u obligaciones especiales. 
En casos extremos como pandemias cabe también considerar como un valor el deber de obediencia a las normas de salud pública que establezca la autoridad del país, ya que las garantías de todo afectado dependen de su cumplimiento.
En las decisiones públicas para enfrentar la gravedad de una epidemia y el riesgo de una pandemia se comprometen valores que, según como se jerarquicen, determinarán las decisiones. 
El valor principal es evidentemente la protección de la salud de la población con medidas eficaces basadas en las mejores pruebas científicas existentes.
Finalmente, la actitud de los médicos y de todos los profesionales y trabajadores de la salud hace necesario considerar otros valores que también entran en conflicto ante las epidemias. Un profesional es en primer lugar un ciudadano y como tal tiene los mismos derechos y deberes de todos. 
Pero la profesión médica significa una responsabilidad específica que se fundamenta en un contrato social implícito, en la reciprocidad por el privilegio de haber recibido su educación médica, y en la obligación moral estipulada en el juramento hecho al recibir el título universitario. 
Es implícito en este contexto el hecho que el personal médico debe contar con el equipo mínimo de protección y ejecutar todas las medidas preventivas a su alcance para no solo preservar su salud y funcionalidad en una pandemia, sino también para evitar convertirse en un supercontagiador.
El médico no debe exponerse irresponsablemente porque a parte de convertirse en un vector importante en la cadena de transmisión de una enfermedad infecto contagiosa, también es un ser humano con familia, allegados y personas dependientes de él. 
Lo que se vuelve éticamente incorrecto es negarse a atender pacientes cuando cuenta con las medidas preventivas a su alcance para minimizar el riesgo de contagio.




sábado, 27 de abril de 2019

El terrorífico pero noble médico de la peste

El terrorífico pero noble  médico de la peste

Articulo original: Eva Vera.

¿Quiénes eran realmente los médicos de la peste? Pues unas personas muy majas y, sobre todo, valientes, que se atrevían a tratar a los enfermos de peste. Señores cuyos rostros se esconden bajo esa máscara terrorífica que parece un pico de pájaro. Bajo esa imagen oscura y tenebrosa que tanta “grimita” produce actualmente, se escondía un heroico fin: curar de la peste o, por lo menos, intentarlo.

El médico de la peste negra

El personaje más siniestro de la Edad Media… ¡Una rata!

Pero, ¿qué pasó exactamente con esto de la peste? El brote surgió en el siglo XIII en Asia oriental, después llegó a la colonia genovesa de Caffa (en la actual Feodosia, Rusia) y cuando los genoveses huyeron la llevaron a Italia, extendiéndose por toda Europa. Los niveles de población cayeron en picado, sobre todo en ciudades italianas como Florencia, donde según Bocaccio:
“LOS FLORENTINOS DESAYUNABAN CON SUS PARIENTES Y CENABAN CON SUS ANTEPASADOS” 
 

Aunque se creía que se contagiaba por el aire, la culpable de todo es una bacteria en la pulga de la rata, animal que por aquel entonces campaba a sus anchas en barcos y ciudades. La bacteria de la peste, “preciosérrima” como ella sola, y cuyo cualquier parecido con un gusanito rodeado por tela de araña es pura coincidencia, llegaba a la sangre a través de la picadura de la pulga. Y si te picaba, existían tres posibilidades, dos de ellas eran morir. La primera era tener la peste bubónica, con la que había posibilidades de sobrevivir. La segunda era la peste negra, llamada así porque la piel se ponía negra debido a la infección. Y la tercera era la peste neumónica, que sí se contagiaba por el aire, así que si alguien te tosía cerca, al día siguiente estabas tieso (2).

Montado en el dólar mientras te mantuvieses vivo: el médico de la peste…


bacteria peste
La bacteria de la peste, una monada. Fuente

Y aquí entra en acción nuestro querido amigo el médico. Durante la epidemia del siglo XIV, los médicos de la peste solían ser gente con estudios (en medicina) que no había alcanzado el nivel profesional que esperaban y se ofrecían para este trabajo. Eso sí, las condiciones laborales debían ser muy ventajosas, ya que el riesgo al que se enfrentaban era muy alto. Del caso italiano se conservan contratos de doctores de distintas ciudades como Volterra, Pratp y Turín, que abarcan desde el siglo XV al siglo XVII.
El archivo de Pavía conserva documentos de uno los contratos más antiguos, se trata del de Giovanni Ventura que firma como médico de la ciudad en 1479 (3). En ese contrato vemos que su trabajo contaba con unas condiciones que ríete tú de la crisis medieval:
  1. – Salario mensual de 30 florines. Teniendo en cuenta que un trabajador podía llegar a duras penas a los 60 al año, y que la mayoría de profesores de universidad ganaba menos de 200 al año… era un buen sueldo.
  2. – Dos meses de sueldo por adelantado.
  3. – Casa gratis o con alquiler bajo.
  4. – Dos meses más de salario una vez acabado el contrato.
  5. – Concesión de la ciudadanía.
Pero claro, hay que ver el trabajo que tenía. El médico debía visitar a los enfermos cuantas veces fuera necesario, de día, de noche, o a la hora de la merienda. No tenía descanso el hombre. Además, estaba en “cuarentena” continua mientras durara la epidemia. No trataba con nadie, era un completo solitario.

Consejos médicos…

Nostradamus también fue médico de la peste. Algunos de los consejos que daba para superar la enfermedad eran aire fresco, agua limpia y, sobre todo, nada de sangrías(sacar sangre para hacer limpieza, nada que ver con tomarse una bebida fresquita al sol). Es curioso el tema del agua y el baño porque “el agua tenía mala fama en la Europa cristiana. Salvo en el bautismo, el agua se evitaba porque daba placer y porque invitaba al pecado”. (4)
En la epidemia de Londres de 1665, tras la huida masiva de gente, uno de los pocos doctores que se quedaron ayudando fue John Watson (no, no era el amigo de Sherlock Holmes). Como se creía que se contagiaba por el aire, Watson aconsejaba a sus pacientes llenar la casa de flores y especias para mejorar la calidad del ambiente. En sus tratamientos usaba polvos de hueso, serpientes, sapos y corteza de árbol. Otro consejo que daba, suponemos que ya como una ayudita extra, era rezar y que el Señor tuviera piedad (5). Vamos, que te podías dar por muerto.

Un diseño universal, el “uniforme” de los médicos de la peste – no un simple disfraz


médico peste
El médico que podías encontrarte en cualquier ciudad. Fuente

Aunque la comunidad de médicos de la peste existía desde el inicio de la epidemia del siglo XIV (6), el atuendo que nosotros tenemos en mente no fue inventado hasta el siglo XVII. Muy probablemente, la máscara formaba parte de su vestimenta desde el principio. Para evitar inhalar los vapores de los cuerpos en descomposición, en la máscara se colocaban hierbas aromáticas (como ajo, romero o menta) y paja, que filtraban el aire que se respiraba. (7) Muy histriónica, pero podríamos comparar esta máscara con las mascarillas que se usan actualmente. Al fin y al cabo, la finalidad era no contagiarse.
Fue en 1619 cuando Charles de L’Orme inventó esta vestimenta. A partir de entonces este fue el uniforme oficial de los doctores de la peste. De L’Orme fue médico-jefe de Luis XIII.Su idea para el traje de doctor se componía de una máscara con nariz en forma de pico de pájaro donde se guardaban hierbas aromáticas (tal como se venía haciendo), con dos agujeros próximos a las fosas nasales y lentes sobre los ojos. El sombrero, abrigo, pantalones, botas y guantes era todo de piel. También llevaba un bastón que servía para examinar a los enfermos sin necesidad de acercarse. Muy útil, ¿quién quiere tener al lado a un apestado?

El recuerdo vivo de los médicos de la peste

Hoy en día, el recuerdo del médico de la peste tiene dos caras: una, la de personaje siniestro y tétrico; y otra, la del carnaval de Venecia que lo ha convertido en uno de los disfraces más populares. Curiosamente, Venecia fue uno de los lugares más castigados por la enfermedad. A lo mejor por eso ahora se visten de médicos de la peste con tanta alegría. Porque, como se suele decir, a mal tiempo… ponte una máscara de pájaro.

lunes, 18 de marzo de 2019

Las 10 epidemias que acechan a la humanidad


La OMS considera que estas enfermedades son las que tienen un mayor riesgo de convertirse en una epidemia, porque en la actualidad no existe una vacuna efectiva para prevenirlas y, además, todavía no se han adoptado medidas adecuadas para contener su propagación:
  • Enfermedad por el virus del Ébola. Este virus tan letal, que se describió por primera vez en 1976 cuando se conocieron los primeros casos en Zaire y Sudán, desencadenó un brote epidémico sin precedentes en 2014, que demostró al mundo que es un problema de salud global, y que mientras se continúa investigando para desarrollar una vacuna y fármacos capaces de curar la enfermedad, precisa de la adopción urgente de medidas para prevenir y contener nuevas epidemias.
  • Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Esta patología viral la transmiten los animales –suele afectar a animales domésticos o de granja– al ser humano o a través de la picadura de una garrapata, aunque también se puede contagiar a través de los fluidos de una persona infectada. Puede iniciarse con síntomas inespecíficos como problemas respiratorios o gástricos –lo que dificulta su diagnóstico y favorece su propagación–, y en la fase final provoca hemorragias internas y causa la muerte de hasta el 40% de los pacientes. Se han dado casos en África, Asia, Medio Oriente y la Península de los Balcanes, lo que la convierte en una enfermedad con muchas posibilidades de expandirse.
  • Virus Marburgo. Este virus, que pertenece a la misma familia que el del ébola y fue descubierto en 1967 cuando se detectaron varios casos de fiebre hemorrágica en laboratorios de Marburgo y Francfort (Alemania) y en Belgrado (capital de Serbia), también ha producido brotes esporádicos en Angola, Kenia, Sudáfrica y Uganda. En total, según la OMS, ha infectado a 571 personas, y ha matado a 470. Los afectados experimentan síntomas como fiebre alta, cefalea, vómitos, sarpullido, diarrea, fallos orgánicos y, finalmente, hemorragias masivas. La enfermedad se contagia a través del contacto con los fluidos de los enfermos o con objetos contaminados.
  • Fiebre Lassa. Es una fiebre hemorrágica que se contrae al entrar en contacto con las heces de animales infectados –especialmente de ratas– a través de alimentos o enseres caseros contaminados, y que también se transmite de persona a persona o en centros hospitalarios mal preparados. Descrita por primera vez en los años 50, esta enfermedad, endémica de África Occidental, y cuyos síntomas son similares a los del ébola o las fiebres hemorrágicas, infecta cada año a entre 300.000 y 500.000 personas, causando la muerte de alrededor de 20.000.
  • Síndromes respiratorios por coronavirus MERS y SARS. Estos coronavirus son muy agresivos y causan graves infecciones respiratorias con una elevada tasa de mortalidad. El MERS se detectó por primera vez en Arabia Saudí en 2012, y aunque desde entonces la mayoría de los casos se han producido en este país y otros de Oriente Medio, como Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Líbano, Qatar, Omán, Kuwait o Yemen, los viajeros han trasladado los virus a otras zonas del planeta y se han dado casos aislados en Europa (Francia, Reino Unido, Grecia, Italia…), en Estados Unidos, Túnez o Malasia, entre otros, y Corea del Sur también sufrió un brote en 2015. El SARS (síndrome respiratorio agudo grave) se encuentra presente en varios países de Asia, sobre todo en China y Singapur, desde hace tres años.
  • Virus Nipah. Este virus, de la familia Paramyxoviridae fue identificado por primera vez en 1999 en un brote que se produjo en cerdos de granja en Malasia, en el que se contagiaron también personas que habían estado en contacto con ellos. Afecta al sistema nervioso y la encefalitis es una de sus complicaciones más graves. En 2001 se produjo un nuevo brote en Bangladesh.
  • Fiebre del Valle del Rift (RVF). Se trata de una zoonosis transmitida por más de 30 mosquitos de siete géneros distintos, que afecta a rumiantes –sobre todo a las ovejas y al ganado bovino– y a seres humanos. También es posible contraer la enfermedad al entrar en contacto con sangre, líquido amniótico, o cadáveres, de animales infectados. Se detectó por primera vez en 1930 en una granja en Kenia, y es endémica en gran parte del África subsahariana. En 2012 se registraron casos en Arabia Saudí, Egipto y Yemen, y en 2013 en Mauritania. Suele manifestarse como una especie de gripe, pero un pequeño porcentaje de enfermos puede sufrir complicaciones graves como encefalitis, lesiones de retina y hemorragias, que pueden llegar a causar la muerte. Existe riesgo de que la RVF se extienda a otros países –entre ellos España- porque se ha confirmado la presencia de vectores que la transmiten.
  • Fiebre severa con trombocitopenia (SFTSV). Este nuevo virus (fue identificado en 2011) podría transmitirse a través de la picadura de garrapatas, o por contacto con secreciones de personas infectadas. Provoca una enfermedad grave, y en China, donde se han registrado alrededor de 200 casos, la mortalidad ha sido del 12%. Sus principales síntomas son fiebre, dolores de cabeza y estómago, fatiga, vómitos y diarrea, y déficit de plaquetas.
  • Chikungunya. El virus chikungunya lo transmite la picadura de un mosquito infectado. Sus síntomas son fiebre elevada e inflamación de las articulaciones. Es endémico en África y, desde que se descubrió, en 1953, se ha diagnosticado en millones de personas residentes en más de 40 países africanos, pero también ha llegado a Europa (España, Francia, Italia, Reino Unido), Asia (China e India) y Australia. En 2014 se declaró un brote epidémico en República Dominicana (un importante destino turístico), y se han detectado casos en países como Venezuela, Haití, Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos, entre otros.
  • Virus Zika. Los síntomas de esta infección provocada por un flavivirus que se transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes, suelen ser leves –fiebre, dolores articulares y, en ocasiones, una erupción en la cara que puede extenderse al resto del cuerpo–, pero se está extendiendo con rapidez, y aunque se detectó por primera vez en África, recientemente se han producido brotes en islas del Pacífico, en Brasil, y en diversos países de América Latina y Central. Además, recientemente la OMS ha lanzado una alerta global porque se ha asociado padecer Zika durante el embarazo con un mayor riesgo de que el bebé presente microcefalia.

Las 10 principales causas de defunción

De los 56,4 millones de defunciones registradas en el mundo en 2016, más de la mitad (el 54%) fueron consecuencia de las 10 causas que se indican a continuación.
Las principales causas de mortalidad en el mundo son la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular, que ocasionaron 15,2 millones de defunciones en 2016 y han sido las principales causas de mortalidad durante los últimos 15 años.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) causó tres millones de fallecimientos en 2016, mientras que el cáncer de pulmón, junto con los de tráquea y de bronquios, se llevó la vida de 1,7 millones de personas. La cifra de muertes por diabetes, que era inferior a un millón en 2000, alcanzó los 1,6 millones en 2016. Las muertes atribuibles a la demencia se duplicaron con creces entre 2000 y 2016, lo cual hizo que esta enfermedad se convierta en la quinta causa de muerte en el mundo en 2016.
Las infecciones de las vías respiratorias inferiores continúan siendo la enfermedad transmisible más letal; en 2016 causaron tres millones de defunciones en todo el mundo. La tasa de mortalidad por enfermedades diarreicas, que se redujo casi un millón entre 2000 y 2016, fue de 1,4 millones de muertes en 2016. También hadisminuido el número de muertes por tuberculosis durante el mismo periodo, pero esta enfermedad continúa siendo una de las 10 principales causas de muerte, con 1,3 millones de fallecimientos. En cambio, la infección por el VIH/sida ya no figura entre las 10 primeras causas; si, en 2016, fallecieron 1,1 millones de personas por esta causa, en 2000 esta cifra se redujo hasta los 1,5 millones.
Los accidentes de tránsito se cobraron 1,4 millones de vidas en 2016; alrededor de tres cuartas partes de las víctimas (el 74%) fueron varones.

Principales causas de defunción en cada grupo de países, en función de sus ingresos

Aproximadamente la mitad de las muertes registradas en 2016 en los países de ingresos bajos se debieron a enfermedades del grupo I, que abarca las enfermedades transmisibles y las afecciones maternas, perinatales y nutricionales. Sin embargo, en los países de ingresos altos el grupo I causa solamente solo el 7% de las defunciones. Las infecciones de las vías respiratorias inferiores se encuentran entre las principales causas de muerte, con independencia del nivel de ingresos.
Las enfermedades no transmisibles (ENT) causaron el 72% de las muertes en el mundo, si bien esta proporción varió entre el 39% de los países de ingresos bajos y el 88% de los países de ingresos altos. En este último grupo de países, nueve de las 10 principales causas de muerte son por ENT, aunque en cifras absolutas el 78% de las defunciones por estas enfermedades ocurrió en los países de ingresos medianos y bajos.
Los traumatismos causaron 4,9 millones de muertes en 2016, más de una cuarta parte (el 29%) como consecuencia de accidentes de tránsito. La mortalidad por estos accidentes, que a nivel mundial es de 18,8 defunciones por cada 100 000 habitantes, es más acusada en los países de ingresos bajos, donde alcanza las 29,4 defunciones por cada 100 000 habitantes. Los accidentes de tránsito también se encuentran entre las 10 causas principales de muerte en los países de bajos y medianos ingresos, tanto en la franja inferior como en la franja superior.

¿Por qué necesitamos saber las causas de muerte?

Además de saber cómo afectan las enfermedades y los traumatismos a la población, una de los indicadores más importantes para evaluar la eficacia de los sistemas de salud de los países es la cifra anual de muertes y su causa.
Las estadísticas sobre las causas de muerte ayudan a las autoridades sanitarias a orientar las actividades futuras en materia de salud pública. Por ejemplo, cuando la mortalidad por las cardiopatías y la diabetes se dispara en pocos años, es muy conveniente poner en marcha un programa potente para fomentar modos de vida que ayuden a prevenir estas enfermedades. Del mismo modo, si en un país se registra una alta mortalidad infantil por neumonías y el presupuesto dedicado a ofrecer tratamientos eficaces es reducido, se puede aumentar el gasto en esta esfera.
Los países de ingresos altos cuentan con sistemas de recogida de información sobre las causas de muerte. No es el caso de muchos países de ingresos bajos y medianos, que necesitan estimar el número de muertes por causas específicas a partir de datos incompletos. Es fundamental potenciar la obtención de datos de calidad sobre las causas de muerte para mejorar la salud de la población y reducir la cifra de muertes evitables en estos países.